El absentismo laboral es uno de los males endémicos del tejido empresarial español. Pero te has preguntado, ¿cuál es el por qué que se esconde tras esta categórica afirmación? ¿Quieres conocer cómo encontrar una solución? ¡No te pierdas este post!
En el contexto actual, tanto la productividad como el bienestar de los equipos son pilares fundamentales para el éxito de cualquier organización. Sin embargo, uno de los grandes desafíos de nuestro tiempo sigue siendo el absentismo laboral, un fenómeno que impacta en la eficiencia operativa, en el clima laboral y la gestión de los Recursos Humanos.
En Grupo Castilla, entendemos que la clave para abordar este reto está en la prevención y la gestión proactiva, adaptando estrategias que fomenten el compromiso y la motivación de las personas empleadas. Además de utilizar las soluciones adecuadas que te ayuden a medir el impacto del absentismo en tu organización. En este artículo, exploraremos las causas más comunes detrás del absentismo, las consecuencias que se derivan de este problema y algunas medidas prácticas para contribuir a su reducción, siempre desde un enfoque humano.
Si buscas soluciones reales para mejorar la asistencia y fortalecer tu equipo, este post te dará las claves para lograrlo. ¡Sigue leyendo!
¿Qué es el absentismo laboral?
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el absentismo laboral como “una situación en la que la persona empleada no se presenta en su lugar de trabajo, o acude menos horas de lo estipulado, cuando desde la organización se esperaba que acudiera, o permaneciera todo el tiempo en dicho lugar”.
Así, el absentismo laboral se refiere a la ausencia o inasistencia de una persona a su puesto de trabajo durante las horas que debería estar desempeñando sus funciones, ya sea de manera justificada (por baja médica, permisos legales, etc.) o injustificada (sin autorización). Además, más allá de las faltas totales, también puede incluir comportamientos como llegadas tardías, salidas anticipadas o ausencias prolongadas durante la jornada laboral sin causa válida.
El absentismo laboral no solo afecta a la productividad y los costes empresariales, sino que también puede ser un indicador de problemas más profundos, como falta de motivación, condiciones laborales inadecuadas o estrés. Por ello, su análisis y gestión requieren un enfoque integral que vaya más allá del control de faltas.
¿Qué norma regula el absentismo laboral en España?
El absentismo laboral aparece regulado en el Estatuto de los Trabajadores, que establece el marco jurídico aplicable y define los derechos y obligaciones tanto de las empresas como de las personas empleadas en casos de inasistencia al puesto de trabajo.
Entre sus disposiciones más relevantes destacan:
- Art. 21.4: da facultad a la empresa para verificar, mediante reconocimiento médico, la autenticidad de las bajas por enfermedad o accidente que justifiquen la ausencia de la persona.
- Art. 52.2: permite la extinción del contrato cuando las ausencias (justificadas o no) superen el 20% de las jornadas en dos meses consecutivos o el 25% en cuatro meses.
- Art. 54: considera las ausencias injustificadas reiteradas como un incumplimiento contractual grave, que puede incluso derivar en despido disciplinario.
- Art. 58: otorga a las empresas potestad para imponer sanciones ante este tipo de incumplimientos.
Estos preceptos buscan equilibrar la protección de los derechos laborales con la necesidad de garantizar la productividad y estabilidad en las organizaciones.
¿Qué tipos de absentismo laboral existen?
La primera división que podemos hacer en el absentismo laboral es entre ausencias justificadas y no justificadas. Aunque ambas generan consecuencias para la empresa, las justificadas están autorizadas y amparadas por la ley o el convenio colectivo, mientras que las segundas no tienen autorización ni causa válida que las justifique.
Absentismo justificado
En este caso, la persona empleada cuenta con un motivo justificado y amparado por la ley o el convenio colectivo que le lleva de manera ineludible a una ausencia laboral.
Algunos ejemplos frecuentes son bajas médicas por enfermedad o accidente (comunes o laborales), permisos retribuidos (matrimonio, nacimiento de hijos, mudanzas, etc.), licencias legales (formación, cuidado de familiares, lactancia), huelgas legales o suspensiones de contrato autorizadas.
Cuando las faltas son justificadas, la persona empleada no sufre penalizaciones por su ausencia, ya que la empresa está obligada a respetar estos derechos, aunque puede verificar su legitimidad (ej. mediante reconocimiento médico, como establece el art. 21.4 ET).
Absentismo injustificado
Evidentemente, en este caso, se trata de una situación que se encuentra en las antípodas del punto anterior, ya que se refiere a ausencias o retrasos en el horario laboral que no cumplen con los requerimientos establecidos por la empresa en el contrato de la persona laboral. Además, se pueden incluir en esta categoría causas, en principio justificadas, pero en las que no se ha informado debidamente a la empresa.
Algunos ejemplos de absentismo injustificado son no acudir al trabajo sin aviso ni justificación, alargar voluntariamente periodos de descanso o vacaciones o fingir enfermedades (simulación de baja).
El absentismo injustificado puede considerarse incumplimiento grave del contrato (art. 54 ET) y la empresa puede sancionar al empleado (art. 58 ET) o incluso extinguir el contrato, si las faltas son reiteradas (art. 52.2 ET).
Absentismo presencial
Este tipo de ausencia está muy vinculada a la cultura empresarial presentista. Por ejemplo, se considera absentismo presencial cuando una persona empleada reduce su eficiencia y, en consecuencia, su productividad por tareas no correspondientes a sus funciones en el lugar de trabajo. Otro ejemplo, sería la pérdida de tiempo de la persona empleada en cuestiones como atender llamadas personales.
Algunas de las causas más comunes del absentismo presencial son la desmotivación, algunos problemas de salud no incapacitantes (por ejemplo estrés o dolor crónico) y la existencia de un entorno laboral inadecuado.
Se trata de un problema no tan fácil de detectar, ya que en principio la persona trabajadora cumple con su horario.
Absentismo virtual
Actualmente, con el cambio de paradigma en las formas de trabajo que ha supuesto la incorporación del teletrabajo o la derivación hacia modelos híbridos, en algunas empresas, se plantean nuevos retos en este aspecto. En este caso, muchas organizaciones han optado por soluciones de control horario de la plantilla más flexibles y mobile que incorporan la geolocalización.
De esta manera, las personas empleadas pueden fichar cuándo y dónde quieran, sin necesitar estar físicamente en la oficina. Un paso de gigante en fichaje y control horario que, cada vez más, se está convirtiendo en la primera opción para las empresas.
Ausencias que no son absentismo
Una vez citados los distintos tipos de absentismo, se debe tener en cuenta que hay fuerzas mayores que pueden impedir a una persona empleada no acudir a su puesto de trabajo. En este caso, no se consideraría absentismo. De hecho, según el Estatuto de los Trabajadores aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1995 del 24 de marzo, hay distintas circunstancias que serían consideradas como baja y no como absentismo. Es el caso de un accidente laboral, ausencias que se producen fruto de una huelga, las actividades de representación legal del personal empleado, entre otras.
Causas del absentismo laboral
Aunque ya hemos dado algunas pinceladas, es momento de ahondar en algunas de las causas principales del absentismo laboral. De hecho, las causas pueden ser muy diversas, ya que deben tenerse en cuenta diversidad de factores que pueden impactar en el compromiso de la persona empleada. Por lo tanto, el clima laboral y las expectativas de crecimiento en la empresa pueden ser decisivos en este sentido.
Por parte de la persona trabajadora
Desde el punto de vista de la persona que tiene que cumplir con la empresa y no lo hace, estas son algunas de las causas más habituales de absentismo:
- Problemas de salud. Las personas empleadas pueden acarrear problemas de salud tanto física como mental y, desafortunadamente, hay ocasiones en las que estos les impiden ejercer sus funciones laborales.
- Problemas de conciliación familiar. Intentar equilibrar la vida personal y profesional es todo un reto. Hay algunas veces que hasta se convierte en un reto imposible. Entonces la persona empleada acumula estrés emocional, ya que le es imposible poder llegar a cumplir sus objetivos laborales y su implicación familiar.
- Desmotivación. Mantenerse motivado es difícil para el personal empleado, ya que puede estar muy ligado a percepciones o sensaciones subjetivas. Aunque es cierto que contar con objetivos claros, reconocimiento y posibilidad de crecimiento son algunas de las claves de la motivación de la plantilla.
Por parte de la empresa
En la otra cara de la moneda, se encuentran aquellas causas vinculadas a la empresa y que, determinadas veces, son difíciles de cambiar porqué forman parte del ADN de la organización. De hecho, se necesitaría un cambio en la cultura empresarial para poder solucionarlo.
- Problemas de liderazgo. Cuando un equipo no está coordinado por una persona líder con objetivos claros es fácil que la productividad baje y que se instale la desmotivación entre las personas empleadas.
- Jornadas demasiado largas. Hay empresas que se han acostumbrado a dinámicas presenciales con jornadas extensas. Este hecho, está íntimamente vinculado con la imposibilidad de encontrar un equilibrio entre vida personal y laboral por parte de la plantilla.
- Rotación de personal. Cuando en una empresa hay departamentos con una alta rotación puede generar estrés, tensión y malestar en el equipo. Una rotación excesiva es la enemiga evidente de la estabilidad y del bienestar del personal empleado.
Consecuencias del absentismo laboral
El absentismo laboral conlleva consecuencias a distintos niveles. El primer afectado es la propia persona empleada, ya que un absentismo reiterado puede llevar a la desvinculación de los objetivos de su equipo y de la empresa, pero las consecuencias van mucho más allá.
La primera es la pérdida de eficiencia operativa. Las ausencias frecuentes interrumpen el flujo de trabajo, generando retrasos en los procesos y acumulación de tareas pendientes. Los equipos ven mermada su capacidad para cumplir con los objetivos, especialmente cuando se trata de metas exigentes o con plazos ajustados.
Además, puede darse un incremento de costes laborales, derivados de la necesidad de cubrir bajas con horas extraordinarias o personal temporal, algo que eleva significativamente los gastos operativos de forma que, a largo plazo, estos sobrecostes pueden impactar negativamente en la rentabilidad del negocio.
No es infrecuente que ocurra un deterioro del clima laboral por la redistribución constante de cargas laborales, que genera resentimiento entre las personas que deben asumir funciones adicionales para realizar el trabajo del ausente. Esta situación deriva en tensiones internas, minando la colaboración y el espíritu de equipo.
También se produce con frecuencia un debilitamiento de la identidad corporativa: un índice elevado de absentismo suele ser síntoma de problemas subyacentes (falta de motivación, liderazgo deficiente, etc.). Si no se abordan las causas raíz, se perpetúa un círculo vicioso que erosiona los valores y la cultura organizacional.
Finalmente, el malestar generado por las ausencias recurrentes y la sobrecarga de trabajo puede provocar una fuga de talento, impulsando a los talentos más valiosos a buscar oportunidades en otras empresas. Esto no solo implica la pérdida de conocimiento interno, sino también nuevos costes asociados a procesos de selección y formación.
Cómo evitar el absentismo laboral: medidas clave
El absentismo laboral puede gestionarse de forma proactiva con estrategias que fomenten el compromiso, el bienestar y la productividad de las personas empleadas. Aquí tienes un listado de acciones clave para que el exceso de faltas al trabajo no afecte en la situación de la empresa:
- Mejora de la comunicación interna. La comunicación con el equipo es vital para construir una relación laboral que promueva el compromiso con la empresa. Así pues, una buena opción para evitar el absentismo es contar con un portal del empleado que facilite la comunicación con los managers y el acceso a la información por parte de la plantilla.
- Plan de carrera. El hecho de saber que se puede crecer en una organización gracias a un plan de carrera personalizado es un impulso para la motivación de la plantilla.
- Valoración del clima laboral. El bienestar de todo un equipo puede depender del ambiente de trabajo y, por tanto, es aconsejable hacer un análisis y aplicar medidas de mejora en caso de ser necesario.
- Evaluaciones del desempeño. Este tipo de análisis es una buena herramienta para medir la productividad del personal empleado y valorar el nivel de compromiso, dos factores muy ligados a la motivación laboral y al absentismo.
- Flexibilidad y conciliación. Medidas como la implementación de horarios flexibles o teletrabajo, el hecho de facilitar permisos retribuidos para asuntos personales urgentes o el ofrecimiento de políticas de conciliación familiar (jornada intensiva, ayudas para guardería, etc.) pueden ayudar a las personas a mantener su motivación y productividad en altos niveles.
- Salud y bienestar laboral. Los programas de prevención de riesgos psicosociales (como estrés o burnout), los reconocimientos médicos periódicos y el ofrecimiento de apoyo psicológico, si es necesario, ayudan a cuidar la salud de la plantilla y reducen el riesgo de faltas reiteradas al puesto de trabajo.
- Incentivos y beneficios. No podemos olvidarnos de premiar el trabajo bien hecho, ya sea mediante iniciativas de retención del talento (como bonos por productividad) o demostrando un alto compromiso con el salario emocional.
Cómo se puede medir el absentismo laboral
Llegado a este punto, es importante saber que la tecnología puede ser un gran aliado en la gestión del talento. Por ejemplo, contar con un software de Recursos Humanos que permita disponer de un cuadro de mando, a través del cual acceder a indicadores clave, como el de absentismo laboral, es decisivo para conocer la situación real en cada momento.
Con el análisis de los KPIs adecuados se puede obtener la información necesaria para la toma de decisiones estratégicas en gestión de personas. Gracias a esta información, el departamento de Personas puede contar con datos contrastados en relación con el absentismo laboral en la empresa e implementar medidas correctoras.
¿Quieres saber más sobre la solución HR Analytics de Grupo Castilla? Contacta con nosotros y te ayudamos a controlar y corregir el absentismo laboral.y en un coste económico directo. Por tanto, el absentismo laboral, sobre todo, si no está justificado, no es una cuestión que se debe tomar a la ligera teniendo en cuenta la magnitud de las consecuencias tanto a corto como a largo plazo.